Calambres musculares: Causas, riesgos y tratamientos
Los calambres musculares o espasmos súbitos son contracciones momentáneas, involuntarias y dolorosas que se producen en los músculos del cuerpo.
Aunque es posible sentir un calambre en cualquier músculo del cuerpo, tienden a ser más comunes en las piernas, pies, manos, brazos, abdomen y en la zona de la caja torácica.
¿Qué puede causar un calambre muscular?
Los calambres musculares se producen principalmente cuando el músculo se encuentra sobrecargado o lesionado, no obstante, otros factores que también influyen son:
- Tener el músculo afectado demasiado tenso.
- Estrés.
- Nervios de la zona afectada presionados a causa de una lesión de la médula espinal o un nervio del cuello o espalda pinzado.
- Falta de hidratación.
- Niveles insuficientes de electrolitos, es decir: magnesio, potasio o calcio.
- Falta de irrigación sanguínea en los músculos.
- Embarazo.
- Estar cumpliendo un tratamiento de diálisis.
- Tomar algunos medicamentos.
¿Quién puede sufrir un calambre muscular?
Indudablemente, cualquier persona está propensa a tener un calambre muscular, no obstante, quienes más experimentan esta situación son:
- Adultos mayores.
- Personas con sobrepeso.
- Personas físicamente activas, como deportistas o atletas.
- Embarazadas.
- Quienes sufren de enfermedades de tiroides y el sistema nervioso.
Los calambres musculares no son considerados un problema grave para la salud, debido a que son afecciones momentáneas, no obstante, cuando se vuelven muy recurrentes, el dolor es muy intenso, son de larga duración o se acompañan de inflamación, enrojecimiento y sensación de calor en la zona afectada, es importante que acudas a una evaluación médica para que revise a fondo tu propia situación e indique tratamiento.
¿Qué hacer cuando aparece un calambre muscular?
Los calambres musculares son dolorosos y molestos, además, aparecen de forma inesperada, por ejemplo, en medio de un entrenamiento deportivo o en la noche, durante el descanso. No obstante, algunas de las acciones más recomendadas para aliviar las molestias son:
- Estirar el músculo afectado.
- Dar suaves masajes en la zona.
- Colocar compresas tibias cuando el músculo se pone tenso.
- Aplicar compresas frías o hielo para aliviar el dolor.
En algunos casos, la persona podría necesitar medicamentos antiinflamatorios para aliviar las molestias que quedan aún después del espasmo, no obstante, también podría necesitar fármacos antiespasmódicos, los cuales, deben administrarse bajo vigilancia médica, a fin de prevenir los efectos secundarios.
Dependiendo de la evaluación médica (en las situaciones más extremas), la persona podría necesitar fisioterapia y hasta cirugía.
Los calambres pueden aparecer en cualquier momento del día o la noche, no obstante, mantenerte hidratado y hacer ejercicios de estiramiento antes de empezar tu rutina de ejercicios, podrían resultar muy significativos para evitar tener espasmos musculares.